“Todo lo que sube, tiene que bajar”, dice un popular refrán. Y en el caso del retail chileno, tras un 2021 en el que se presenció un explosivo crecimiento del consumo, alimentado por el exceso de liquidez de los hogares, a causa de los retiros de la AFP y las ayudas gubernamentales; y un primer trimestre de 2022 que mantuvo esa curva, la fiebre por las compras parece estar llegando a su fin, dando paso a la temida desaceleración.
De acuerdo al último reporte de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), en mayo de este año, las ventas minoristas de la Región Metropolitana registraron una caída de un 3,6% respecto a las registradas en el mismo mes del 2019. El incremento en los precios de los productos de la canasta básica, provocado en parte por la pandemia y el conflicto en Ucrania, ha llevado a que los chilenos comenzaran a restringir sus compras, privilegiando lo esencial.
“Claramente la menor liquidez y la mayor inflación están afectando el poder adquisitivo de los hogares, y con esto se afectan también sus decisiones de consumo, sobre todo de bienes que no son de primera necesidad. A su vez, las mayores tasas también afectan, al encarecerse los créditos incrementando la carga financiera de las familias”, explicó la gerenta de Estudios de la CNC, Bernardita Silva.
Pero además, la incertidumbre y la desesperanza en el futuro son factores que podrían repercutir en el consumo de los próximos meses, el que podría llegar a sus niveles más bajos de los últimos años. “A esto se suma el pesimismo de los consumidores, donde los niveles de confianza han caído en los últimos meses, llegando a cifras cercanas a lo registrado en los peores meses de la pandemia”, señaló Silva.
“Ante este escenario, creemos que a partir del segundo semestre comenzaremos a ver fuertes caídas en el sector”, proyectó la analista. Eso sí, comentó que es probable que en junio se vea un aumento en las ventas presenciales, ya que en 2021 la Región Metropolitana estuvo en cuarentena total.
Un “dólar” de cabeza para las empresas
El pesimismo y menor liquidez de los consumidores no son los únicos problemas que debe enfrentar el retail chileno. La volatilidad del dólar, que en las últimas semanas sobrepasó la barrera de los mil pesos, se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para las empresas, ya que el alza de la moneda estadounidense encarece aún más los costos logísticos a nivel global.
A eso se le añaden los problemas de abastecimiento y elevados precios del transporte, que han provocado una tormenta perfecta para la industria, que está arrasando con los márgenes sin piedad y plantea la interrogante de cómo traspasar estos costos en un contexto tan adverso.
Una firma de retail, que dio su parecer bajo reserva al Diario Financiero, señaló “que la gente primero tiene que priorizar sus gastos básicos, como las cuentas y la alimentación, lo que obliga a sacrificar márgenes de ganancias y tener claro que no se podrán traspasar todos los costos al consumidor”.
El gerente de Estudios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), George Lever, dijo al citado medio que “claramente hay un traspaso de esta mayor escala de costos a precios finales, es algo inevitable, pero si vemos lo que ha ocurrido con los márgenes es que en los últimos meses hay un estrechamiento. Eso significa que las empresas ya están absorbiendo una parte del costo”.
Supermercados no se duermen en los laureles
En el caso de los supermercados, la emergencia sanitaria y las prolongadas cuarentenas permitieron que sus ventas continuaran creciendo, gracias a las aplicaciones de delivery, que acercaron el punto de venta a los hogares.
Así, solo el año pasado, la industria comercializó 14 mil 346 millones de pesos, un 30% más que el cierre de 2019 en moneda nacional. Pero además, en los primeros cuatro meses de este año, llegó a casi 5 mil millones de pesos, un 17% de lo logrado el año anterior, según un informe del Instituto Nacional de Estadísticas, recogido en un reportaje de La Tercera.
Si se indaga en el crecimiento por cadenas, las cifras señalan que Cencosud (Jumbo, Santa Isabel y Spid) creció un 16,6% durante el primer trimestre de 2022. En el caso de Tottus, experimentó un incremento de un 8% respecto al mismo periodo del año anterior, y Unimarc reportó un crecimiento de un 17,1%.
De acuerdo a la CNC, los abarrotes y los perecibles habrían sido los grandes impulsores del crecimiento en el pasado mes de abril, con un 20% y 5% en locales equivalentes respectivamente.
Pero, estas cifras positivas parecen no ser eternas. El último informe de la CNC, reveló que la Línea Tradicional de Supermercados también marcó una caída de un 12,7% real anual y una baja de 9,4% al comparar con 2019, lo que podría ensombrecer el panorama para el próximo semestre.
