El Informe Mundial de Riesgos Globales 2019, elaborado por el Foro Económico Mundial, evidencia un problema grave; uno que muchos conocen y del que seguramente han escuchado hablar, aunque sin certeza de sus verdaderos alcances.
Y es que el documento muestra que los eventos meteorológicos extremos, el fracaso en la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo, encabezan la lista de los principales riesgos de este año. Asimismo aparecen otros estrechamente relacionados como la crisis del agua y las catástrofes naturales.
Se trata de un elefante atrapado en un espacio que se nos hace cada vez más estrecho, y no son muchos los que se quieren hacer cargo. ¿Qué se está haciendo al respecto? ¿El retail y las empresas de consumo masivo están tomando cartas en un asunto del cual también tienen una cuota de responsabilidad?
Desde el mar al vaso: plástico en todas partes
Ya se ha hecho común que aparezcan noticias sobre la alta presencia de desperdicio plástico en los océanos del mundo. Según la ONU, para el año 2050 habrá más plástico que peces en el mar. ¿Suena lejano aún? Pues bien, resulta que una investigación de la Universidad Estatal de Nueva York encontró un promedio de 10 partículas de plástico por litro en 250 botellas de agua, correspondientes a marcas reconocidas y compradas en diferentes partes del mundo. ¿Eso sí es suficientemente cercano para preocuparnos?
La responsabilidad por el daño al medio ambiente es transversal, desde la poca conciencia de los consumidores a la hora de eliminar la basura de sus casas hasta las grandes compañías de consumo masivo, cuya responsabilidad parece innegable.
Esto fue lo que quisieron investigar la ONG Greenpeace y el movimiento “Break Free From Plastic” al organizar 239 recogidas de plástico en 42 naciones, lo que terminó con el análisis de 187 mil piezas de residuo. Dentro de los principales resultados se descubrió que 3 de las principales marcas de consumo masivo a nivel mundial concentraron el 43% de la contaminación encontrada.
Mientras esto ocurre, se están desarrollando algunas iniciativas que pretenden mitigar el enorme daño que el ser humano ha provocado con el desperdicio de plástico y otros materiales que deambulan en medio de la naturaleza.
Ingenio y voluntad
La cadena de supermercados británica Waitrose & Partners comenzó la prueba de un nuevo concepto de tienda que busca reducir al máximo el desperdicio mediante la eliminación de envases de plástico, implementando dispensadores para diversos bienes de consumo como pastas, detergente e incluso vino y cerveza.
Tal como muestra el siguiente video, los shoppers pueden acudir a una “zona de llenado” para re abastecerse de productos o también adquirir recipientes reciclables para frutas y verduras. Otra opción es tomar una caja prestada y luego regresarla en una próxima visita. Según Tor Harris, director de RSC de la cadena, “estamos decididos a continuar con el trabajo que ya hemos realizado para reducir el empaquetado. Esta prueba llevará nuestros esfuerzos a un nuevo nivel, a medida que ayudamos al creciente número de clientes que desean comprar de una manera más sostenible.”
Desde la industria de la moda también se están realizando algunos esfuerzos novedosos, en donde no sólo se busca reciclar sino que también reducir a cero el uso de agua. La compañía Fokus se dedica a la confección de ropa fabricada con algodón reciclado y plástico, utilizando más de 40.000 botellas para crear poleras de alta calidad.
La empresa explica que para la creación de una sola prenda de algodón tradicional se necesitan 2.750 listos de agua, considerando lo que se requiere para cultivar la materia prima del producto. En contrataste con esto, y al utilizar material reciclado, Fokus ahorra 30 millones de litros de agua al año.
Si bien es relevante que las compañías de consumo masivo se alineen con una mentalidad abierta en materia de medio ambiente, las políticas de estado juegan también un papel clave. En Francia por ejemplo, se anunció para este año un sistema de sanciones que aumenta hasta en un 10% el costo de los productos con empaque de plástico no reciclado. Asimismo, aquellos bienes de consumo que sí presenten esta característica, tendrán un valor de hasta 10% menos.
Esta medida se enmarca dentro de un plan cuyo objetivo es conseguir que para el 2025 sólo se utilice plástico reciclado en la nación gala. Brune Poirson, ministra de Transición Ecológica y Medio Ambiente, ha dicho que “declarar la guerra al plástico no es suficiente. Necesitamos transformar la economía francesa”.
Chile también avanza
En abril de este año, se dio inicio al Pacto Chileno de los Plásticos, suscrito por el Ministerio de Medio Ambiente, Fundación Chile, Corfo, Ministerio de Economía, Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, Asociación de Municipalidades para la Sustentabilidad Ambiental (AMUSA), Sistema de Gestión de Envases y Embalajes, Fundación Plastics Ocean Chile, y empresas del ámbito privado: Unilever, Amcor, Coca-Cola, Mall Plaza, Nestlé, Soprole y Resiter.
El objetivo de este acuerdo es que para el año 2025 “todos los envases de plástico sean reutilizables, reciclables o compostables; eliminar los envases de plástico innecesarios y problemáticos de un solo uso a través del rediseño y la innovación; aumentar la reutilización, recolección y reciclaje de envases de plástico post-consumo y aumentar el contenido reciclado en envases de plástico”. Todo esto alineado con la Red Global de Pactos por los Plásticos lanzada en 2018 por la Fundación Ellen MacArthur en Reino Unido.
Mientras tanto, poco a poco van apareciendo otras ideas que buscan aportar su grano de arena. La empresa de detergente Popeye lanzó recientemente una fórmula ecoactiva, sustentable y biodegradable a base de ingredientes vegetales renovables. Se trata de un producto que no presenta metales pesados y derivados del petróleo, libre de colorantes y no testeado en animales. A esto se suma que la marca se convierte en el primer detergente comercializado en botellas de vidrio con componentes 100 reciclables.
Otra innovadora iniciativa fue impulsada por la empresa Algramo, en conjunto con la Municipalidad de Las Condes. Y es que en mayo de este año implementaron un triciclo eléctrico que cuenta con dispensadores para recargar detergente y lavalozas.
Lo más importante de este proyecto es que cuenta con envases inteligentes que pueden ser recargados en tiendas o directamente en el triciclo, el cual viaja sin costo hasta la casa de los usuarios.
Aunque el desafío es todavía más grande que los esfuerzos que se hacen alrededor del mundo, es determinante que la comunidad en general tome acción en el problema medioambiental que vivimos hoy. Consumidores, empresas, gobiernos y otros actores que impulsen nuevas ideas con auténtica voluntad serán la clave que nos abra paso en medio de una montaña de basura que sigue creciendo.