El control de mermas en la industria de alimentos es uno de los grandes dolores para quienes trabajan en el sector, debido al impacto que tienen las pérdidas en la rentabilidad del negocio.
La respuesta ante una amenaza mundial como el Covid-19, ha probado la resistencia y flexibilidad de grandes y pequeños modelos de negocios. Para fabricantes, el desafío logístico y estratégico sobre cómo enfrentar los nuevos cambios en el consumo, ya sea por falta de herramientas básicas o por desconocimiento de las mismas, es solo la punta del iceberg. Sin embargo, el retail se enfrenta a una oportunidad única para fortalecer su gestión y darle la vuelta a la situación negativa que enfrentan los mercados mundiales.
El Big Data se ha convertido en un aliado para que las empresas mantengan la esquiva fidelidad del consumidor actual, que privilegia el ahorro por sobre todas las cosas.
En tiempos de crisis, una reacción oportuna en el punto de venta marca la diferencia.
Según McKinsey, las compañías que extraen información de los datos de sus consumidores superan a sus competidores en un 85% en crecimiento de ventas y un 25% en margen bruto.
Considerando que un porcentaje no menor de nuestra venta contiene acciones promocionales, este 18 de septiembre entendemos que una de las tantas preocupaciones es cuidar el desempeño promocional y la disponibilidad de producto en góndola.
Un problema que enfrenta un proveedor para retail o canal moderno y que trabaja con bienes de alta rotación, como los alimentos, es que su demanda nunca es constante ni sostenida.
Aunque se volvieron uno de los imprescindibles para los hogares peruanos durante la pandemia, las cadenas enfrentan la entrada de competidores y nuevos hábitos de los consumidores.
Al analizar la data histórica de los últimos 6 meses pudimos observar el comportamiento de las diferentes categorías y también realizar un comparativo entre los últimos 2 meses. Durante junio las empresas de consumo masivo comenzaron a prepararse para la nueva normalidad. Sin embargo, durante julio el comportamiento del consumidor siguió variando, marcando ciclos con posibles tendencias que es necesario monitorear.
No se puede subestimar el valor y el aporte de las PYMES al crecimiento potencial de América Latina. Los datos de Cepal indican que las pequeñas y medianas empresas emplean al 67% del total de trabajadores de la región. En contraparte, su contribución al PIB es bajo principalmente por problemas de productividad.
