En la última semana, más de una treintena de clientes de supermercados Líder reclamaron en redes sociales debido a que fueron a realizar las compras del mes y se encontraron con góndolas y refrigeradores vacíos en varios locales de la Región Metropolitana.
De acuerdo a lo que las personas reportaban al Twitter de la cadena, las tiendas que presentaron mayores quiebres de stock en abarrotes y lácteos estarían situadas en Providencia, San Miguel, Ñuñoa, Lo Prado, La Reina, La Florida, Maipú, Estación Central y Buin.
A las protestas de los consumidores se sumó la advertencia que aparece al abrir la aplicación Cornershop, donde explica “por el momento, algunos supermercados están con bajo stock”, lo que encendió la alarma entre la población ante un posible desabastecimiento.
Las principales cadenas de supermercados de Chile decidieron no realizar comentarios frente a las consultas que les realizó la prensa sobre este tema. De acuerdo al medio especializado Pulso, solo Cencosud envió un comunicado asegurando que “los supermercados Jumbo y Santa Isabel operan con total normalidad”.
Desabastecimiento: más temores que realidad
Contrario a los temores de la ciudadanía, sobre un desabastecimiento general de los supermercados, lo ocurrido en la última semana se trataría de un hecho aislado. Así lo explicó Catalina Mertz, Presidenta de la Asociación de Supermercados de Chile, en una entrevista en Pauta.
“Lo que hemos visto en los últimos días son casos puntuales, no es algo generalizado. Yo creo que para todos está siendo muy difícil predecir lo que está pasando en los próximos días, eso es propio de lo que el país está viviendo y por eso , lo que pasó en los supermercados, son situaciones puntuales”, aseguró.
La representante del gremio hizo un llamado a la ciudadanía a que mantuvieran la calma, y que confiaran en la labor que realizan los supermercados. “No hay una situación generalizada de problema de abastecimiento, la industria está trabajando súper intensivamente para tener la mayor fluidez posible, y si es que hay algo, se trata de algo puntual y que se va a corregir a la mayor brevedad”, cerró.
La misma opinión tuvieron expertos consultados por el Diario Financiero, quienes descartaron que existiera desabastecimiento en los supermercados. Lo que ocurrió en los últimos días en algunos locales de Lider se trataría “de la transición febrero-marzo”, explicaron.
Una demanda más alta de lo habitual
Es común que los últimos días de febrero y los primeros de marzo, sean particularmente intensos dentro de la industria de los supermercados, ya que suelen aumentar las ventas debido al retorno a clases y el término de las vacaciones de verano.
Claro que este año, a casi cinco meses del inicio del estallido social, los consumidores tomaron precauciones frente a un eventual recrudecimiento de las situaciones de violencia, que se podrían traducir en una limitación de los horarios de funcionamiento de las cadenas, el saqueo de locales o, en el peor de los casos, la escasez de productos de primera necesidad debido a problemas de logística.
Por otro lado, en gran parte de los supermercados se acostumbra a realizar el ciclo de reposición de los productos entre los días martes y jueves, con la finalidad de tener las góndolas con el stock preciso durante el fin de semana, momento en el que se produce la mayor demanda del consumidor final.
Todo lo anterior normalmente estresa la logística de la industria, obligando a las empresas a adoptar medidas para enfrentar de mejor manera este tipo de contingencias.
El “efecto látigo” de Marzo
Una de los principios básicos de las empresas que operan en supermercados, es la necesidad de adaptar su stock a la demanda de los clientes, considerando además, que esto último rara vez se mantiene estable.
Lo que pasó esta semana en supermercados Lider, refleja la necesidad de anticiparse a las necesidades de sus clientes, además de revelar que basta un pequeño cambio en la demanda del consumidor final para que toda la cadena del suministro del producto se vaya cuesta arriba.
Este fenómeno se conoce como “efecto látigo”, concepto creado por el ingeniero estadounidense Jay Wright Forrester y que menciona en su libro Dinámica Industrial, donde explicó los problemas que le ocasiona a las empresas.
De acuerdo a lo expresado por Forrester, el “efecto látigo” parte con la demanda del consumidor final. A medida que se avanza de forma inversa en la cadena de suministro, aumenta la cantidad de productos que se necesitan como “stock de seguridad”, lo que disminuye la precisión para estimar la demanda.
Debido a esto, las empresas percibirán una demanda artificial e inflada, totalmente distinta a la necesidad real de los consumidores finales, lo que llevará a los distribuidores a realizar una gran inversión en stock de seguridad que luego no se venderá. Y en el caso de los proveedores, podrían incrementar innecesariamente la producción para responder a esta demanda artificial.
Como sobrevivir al “efecto látigo”
En todos los eslabones de la cadena de suministro, el resultado del “efecto látigo” se traduce en pérdidas para las compañías, por lo que en la práctica se hace necesario tener herramientas de gestión que ayuden a monitorear la cantidad de productos disponibles con la mayor exactitud posible, y ojalá, en tiempo real.
Aunque la estimación precisa de la demanda es algo que siempre resultará complicado, gracias a plataformas como InStoreView, las empresas pueden contar con información fiable para tomar medidas que reduzcan el impacto del “efecto látigo”.
El doctor en Ciencias Empresariales, Juan Martin, entregó una serie de consejos para gestionar este problema de forma airosa:
– Mejorar la comunicación en la cadena de suministro, contando con información centralizada y accesible para todos, lo que favorece a una estimación más precisa de la demanda.
– Es fundamental que exista una respuesta ágil a las demandas de stock, por lo que contar con la información en tiempo real permitirá reducir los tiempos entre proveedores y distribuidores.
– Para hacer la previsión de demanda, es importante contar con fuentes fiables para la obtención de estos datos. En ese sentido, las tiendas son relevantes al ser el contacto directo con los consumidores finales.
– Tener acceso a las estadísticas de los puntos de venta es de gran ayuda para estimar la futura demanda real de los productos.