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La pandemia de Covid-19 ha significado un tremendo impulso para la incorporación de nuevas tecnologías, principalmente en el área de generación de datos, desde donde no sólo es posible acelerar la investigación y desarrollo de nuevos fármacos, sino que también comprender el comportamiento de consumidores y pacientes.

Lo que partió como un impulso a realizar compras de pánico debido al inicio de una pandemia global, hoy se está instalando como una prioridad. Pero ¿se sustentará en el tiempo?

El comercio electrónico aumentó durante la pandemia y trajo 2 millones de clientes nuevos a las grandes cadenas de supermercados, quienes han sabido capitalizar y democratizar esta nueva forma de comprar productos sin moverse de casa.

El COVID-19 y las ventas online han sido claves para disminuir el uso de dinero en efectivo a la hora de hacer compras físicas, pero no es suficiente. El desafío es cómo aumentar las billeteras digitales y disminuir el contacto.

La crisis mundial aceleró cambios profundos que ya venían dando luces hace algunos años. La pregunta es ¿puede el sector de belleza y cuidado personal reaccionar a tiempo y comprender los nuevos hábitos de los consumidores?

Se trata de un concepto que se enfoca en la creación de innovadores espacios en centros comerciales para que los consumidores vivan nuevas experiencias de compra.