El alza en los precios de gran parte de los productos que componen la canasta básica de los chilenos ha significado un duro impacto para el presupuesto de los consumidores nacionales, sembrando gran incertidumbre sobre su economía familiar para los próximos meses.
En efecto, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo anotó un incremento mensual de 1,9%, una variación acumulada de 3,4% en lo que va de 2022 y un alza a doce meses de 9,4%.
De acuerdo al INE, once de las doce divisiones que se toman en cuenta para realizar el cálculo del IPC experimentaron alzas, siendo las más altas en alimentos y bebidas no alcohólicas (3,9%), bebidas alcohólicas y tabaco (2,9%) y educación (6,6%).
Desafortunadamente, los expertos estiman que esta tendencia seguirá durante este año. Se proyecta que el pan continuará encareciéndose, totalizando un alza sobre 20% en 2022, mientras que el aceite vegetal tendrá un incremento sustancial del orden de 80%, y la harina en torno a 60%. En el caso de las pastas, un aumento de 40%, y el azúcar, de un 10%.
En ese sentido, aseguran que estas alzas son principalmente determinadas por factores externos, debido a la crisis en la oferta que se ha generado a nivel global. Sin embargo, también consideran que a nivel interno podría estar presente el factor de cambiario al tratarse de bienes transables.
“Parte importante del alza del tipo de cambio acumulado en el tiempo, se debe a factores políticos y al impacto agregado de los retiros de fondos de pensiones, lo que además ha hecho un aporte significativo a la mayor inflación en general”, dijo Felipe Alarcón, economista de Euroamerica a Pulso de La Tercera.
¿Adiós al IVA de la canasta básica?
El sábado pasado, la bancada de diputados DC elevó una solicitud al gobierno de Gabriel Boric para que se estudie la posibilidad de eliminar o rebajar de manera transitoria el IVA a los alimentos más consumidos de la canasta básica, con el fin de aligerar el castigado presupuesto de las familias chilenas.
“Los precios de los alimentos están cada día más altos, los aumentos del costo de ellos son casi a diario y la gente cada vez puede comprar menos con sus sueldos. Por eso, le pedimos al gobierno que estudie una eliminación o rebaja transitoria del IVA de algunos elementos de la canasta básica, como por ejemplo el aceite, arroz, cebollas, pollo y otros similares, tan usados a diario en cualquier hogar del país”, dijo el diputado Ricardo Cifuentes, miembro de la comisión de Hacienda.
Y agregó, “no se puede entender que el argumento para no acceder a este tipo de rebaja temporal sea que el IVA recauda mucho dinero para el estado, ya que a fin de cuentas, proporcionalmente, los que más hacen ese aporte son las familias de menos recursos, quienes destinan gran porcentaje de sus ingresos a alimentos”.
Por otro lado, un grupo de senadores del mismo bloque político, pidieron a la Fiscalía Nacional Económica que se investiguen eventuales conductas de colusión en el mercado. Esta solicitud es respaldada por la jefa de la bancada de senadores DC, Ximena Rincón, y por Matías Walker e Iván Flores, quienes solicitaron la indagación de posibles «conductas atentatorias contra la libre competencia en el mercado de productos básicos de la canasta familiar, especialmente del aceite, harina y parafina».
En ese contexto, destacaron la importancia de investigar y además, propusieron medidas correctivas para «restablecer la competencia en la cadena de transporte de carga y cadena logística, en caso de descubrir infracciones a la libre competencia».
Marcas propias al rescate
En medio del aumento en el precio de la canasta básica, y a la espera de que las autoridades tomen alguna medida que vaya al rescate de su presupuesto, los chilenos están optando por comprar productos más baratos a la hora de ir al supermercado, impulsando el crecimiento de las llamadas “marcas propias”.
Así lo consigna una investigación realizada a fines del año pasado por NielsenIQ, en donde a partir de una encuesta a mil consumidores y el análisis de bases de datos de los puntos de venta, llegaron a la conclusión de que las marcas propias alcanzan a un 13% de participación en los supermercados, siendo que antes de la pandemia, este segmento oscilaba entre un 9% y 10%.
Por otro lado, el reporte señaló que el 90% de los encuestados aseguró haber comprado algún producto de marcas propias en el último año, mientras que un 33% señaló que aumentó su consumo. Pero además, frente a la consulta respecto a qué harían si su situación económica mejorara, un 85% respondió que mantendrá su consumo de marcas propias.
“Este fenómeno de marcas propias ocurre en toda Latinoamérica. Las conclusiones de Chile son patrones que se repiten también en los otros países de la región, algunos más adelantados que otros, como es el caso de Argentina”, dijo Diego Gizzi, director comercial de NielsenIQ Chile & Ecuador.
Gizzi señaló en entrevista al Diario Financiero que la participación de esta división de productos ha sido impulsada por la pandemia, ya que “hay gente que cambió sus hábitos y ahí las marcas propias encajaron perfecto”. Pero además, proyecta que la demanda por estos productos “siga creciendo y evolucionando en el tiempo, hasta expandirse hacia más categorías”.
“La inflación va a hacer que esto se note mucho más, y creo que los retailers también tienen con qué amortiguar y no pasar la inflación tan directamente a precio al consumidor”, cerró.