La reposición en supermercados ha sido desde siempre un proceso susceptible de mejora para las empresas proveedoras de retail. Después de todo, si se optimiza la gestión en este eslabón de la cadena de suministro, el mayor beneficiado es el consumidor, quien va a encontrar el producto que busca en el momento en que pone un pie en el punto de venta.
En ese sentido, la reposición se vuelve una de las actividades vitales en donde las compañías que operan en el canal moderno pueden ganar ventaja competitiva, al marcar presencia en las góndolas, impulsar las ventas en las tiendas o supermercados y afianzar la confianza de los compradores.
Sin embargo, la industria del retail es compleja, por lo que el reabastecimiento de productos va más allá del tener stock en la góndola o inventario, más bien, la reposición busca anticiparse a las demandas del mercado, evitando los quiebres o los fuera de stock.
Sin lugar a dudas, si se habla de optimizar la gestión de restock, los dos objetivos claves para conseguirlo son la mejora en la eficiencia y el ahorro de tiempo, que debe contemplar además las funciones o tareas inherentes al proceso, al entenderse el reabastecimiento como el corolario de una serie de operaciones destinadas a poner nuestro producto en manos del cliente final.
Un proceso clave en la venta
Se tiende a pensar que la reposición de productos es una tarea de rápida y sencilla ejecución en el punto de venta, y por ende, se minimiza el efecto que puede tener una inadecuada gestión. Lo cierto es que, si falta un producto en la góndola/anaquel, lo más probable es que el cliente opte por llevarse uno de la competencia o ir a otra tienda donde sí pueda encontrarlo. En ambos casos, se pierde una venta.
En el caso de los proveedores del canal moderno, uno de los indicadores del crecimiento del negocio es la rotación que tienen sus productos, es decir, la velocidad y la cantidad de productos que se venden. Entonces, cuando se habla de rotación, la reposición cumple un rol clave en este proceso, ya que tiene como propósito que el producto esté en el lugar, momento y condiciones adecuadas.
Pero además, el reabastecimiento también está muy ligado a la venta y el stock, porque de ellos depende la capacidad de anticiparse a las fluctuaciones de la demanda. En efecto, conocer el histórico de ventas en un determinado local permite prever la cantidad de productos que se necesitan, así como la reposición permite que haya disponibilidad para que la venta se concrete.
Cuatro requisitos que vuelven eficiente la reposición en tienda
Optimizar la reposición de los productos en el punto de venta tiene un impacto considerable en todos los niveles de la cadena de suministro. Esto se traduce, por ejemplo, que mejore la gestión de la disponibilidad en el estante, repercutiendo en los costos de producción y almacenamiento.
Como se explicó con anterioridad, uno de los objetivos claves a la hora de mejorar la reposición es buscar que se ejecute de manera eficiente en el punto de venta, con el fin de que el producto esté disponible en góndola en el momento en el que el consumidor lo necesite.
El sitio especializado infokioskos.com.ar entrega cuatro requisitos que debe cumplir la reposición en tienda para que sea considerada eficiente:
- Oportunidad: es el punto de partida del trabajo de reposición, ya que debe ser capaz de anticiparse a la demanda, y ejecutarse en el momento que es conveniente, porque de lo contrario, el comprador no hallará lo que necesita, provocando que la empresa pierda una venta.
- El centro es el consumidor: ante todo, la tarea de reposición debe enfocarse en lo que el cliente final necesita, por lo que es importante que se respeten las ubicaciones, se ordenen de acuerdo a lo convenido con la cadena y, ante todo, cuidar que no hayan productos caducados o con daños notorios en su empaque.
- Orden para una correcta rotación: otro de los puntos a considerar, es que al momento de reponer los productos, siempre los más nuevos deben ir al final, ubicando los más antiguos adelante. De esta manera, se garantiza que la rotación del producto se lleve a cabo de manera correcta y además, se evitan las mermas por caducidad.
- Seguridad: la manipulación de cada producto debe realizarse de acuerdo a las recomendaciones del fabricante. Por ejemplo, se debe evitar que compartan góndola los productos de higiene del hogar con alimentos. En el caso de productos refrigerados o congelados, hay que observar que el refrigerador mantenga la temperatura adecuada para que no se pierda la cadena de frío. Lo mismo va para otros productos sensibles, como el chocolate, que deben permanecer en condiciones óptimas para evitar pérdidas y reclamos por parte de los clientes.