Tras la pandemia, se produjo una profunda transformación en los hábitos de los consumidores de América Latina, haciéndolos más conscientes y responsables de su salud. Una de las actividades humanas que sintió los efectos de este cambio fue la alimentación, en donde la preocupación por nutrirse de forma saludable ganó terreno en los últimos años.
Efectivamente, un sondeo realizado por Haystack revela los avances que ha tenido la región en este sentido, al señalar que los ingredientes más beneficiosos para la salud tienen un lugar relevante en la decisión de compra de los latinoamericanos.
Según la encuesta, un tercio de los consumidores busca seguir una dieta saludable, mientras que casi un 80% compran alimentos pensando en el impacto en su salud. Pero además, un 60% de las personas revisan la información nutricional y la lista de ingredientes antes de poner un producto en su carro de supermercado.
Por otro lado, esta nueva tendencia no parece ser una moda pasajera, sino la antesala de nuevas costumbres que se prolongarían más allá del fin de la emergencia sanitaria. De acuerdo a la última investigación realizada por BCG sobre tendencias de consumo, el 55% de los entrevistados señaló que no volvería a tener los mismos hábitos previos a la pandemia.
En esa línea, el estudio evidenció que las nuevas conductas estarían orientadas hacia la búsqueda de la salud y el bienestar, en donde la ingesta de comida rápida es cada vez menos popular, mientras que hacer ejercicio dentro o fuera de casa, o el tomar suplementos y consumir alimentos más sanos están ganando adeptos día a día.
El rol de la ley de etiquetado
Sin embargo, aunque la necesidad de alimentarse de manera saludable se ha vuelto una prioridad para los consumidores de la región, lo cierto es que la situación económica que se vive en la actualidad pone en serios aprietos a los compradores, llevándoles a preguntarse cada vez que van al supermercado si privilegian la salud o el bolsillo.
En esa búsqueda de una nutrición más equilibrada para las familias latinoamericanas, la ley de etiquetado ha jugado un importante rol en las decisiones de compra, al mostrar de forma didáctica e inmediata cuáles son aquellos alimentos que podrían calificarse como “más saludables” respecto a los que no.
En el caso de Chile, pionero en esta normativa, el estudio Equilibrium Effects of Food Labeling Policies” cuantificó las compras de las personas en la cadena Walmart entre mayo del 2015 y marzo del 2018, mostrando el impacto que habría tenido la puesta en vigencia de la Ley de Etiquetado (2016) en el consumo de los chilenos.
De acuerdo al paper, antes de que aparecieran los octógonos negros, se compraban 27 gramos de azúcar por cada dólar gastado en alimentos en Walmart. Tres años después, se produce una disminución de la compra de azúcar en un 9% y las calorías se redujeron en un 7%. La investigación acotó que antes de la entrada en funcionamiento de la ley, el consumo de calorías y azúcares era estable, por lo que la caída tiene directa relación con los sellos.
Pero además, reveló que esta disminución en el consumo proviene de dos fuentes. En primer lugar, las personas efectivamente se inclinaron por aquellos productos con menos sellos, que los investigadores denominaron “efecto de demanda”; y por otro lado, la misma industria de alimentos comenzó a reformular sus productos para evitar los octógonos, conducta que los expertos calificaron como “efecto de oferta”. La combinación de ambos efectos explica la caída en la ingesta de calorías y azúcares en los chilenos.
Hábitos que abren oportunidades
Sin lugar a dudas, el cambio fue la única certeza en los últimos años, en medio de la vorágine que supuso la contingencia mundial, que obligó a las personas y a las empresas a adaptarse a un entorno en donde predominaba la incertidumbre. Y si bien, ahora la sociedad está retornando paulatinamente a la normalidad, lo cierto es que los efectos que provocó en la pandemia en los consumidores seguirán presentes por lo menos durante los siguientes cinco años.
¿Qué pasará con la industria en ese periodo? Lo más aconsejable es que vean esta nueva tendencia de alimentación saludable como una gran puerta hacia oportunidades de crecimiento, mediante el conocimiento de los nuevos hábitos y necesidades de los consumidores, y buscando adaptar sus propios modelos comerciales a los nuevos patrones de compra.
En ese sentido, contar con data que permita la generación de información de valor se ha convertido en una de las grandes necesidades de la industria, sobre todo, para quienes trabajan en el Canal Moderno y requieren de la confianza o lealtad de las personas para impulsar su propio desarrollo y aumentar las ventas.
Gracias a la información y a la utilización de herramientas de business intelligence como InStoreView, las empresas pueden realizar pronósticos con miras a mejorar la planificación en una serie de procesos, con el fin de potenciar las ventas e impulsar el desarrollo de la compañía.
Y es que, generar una estrategia basada en datos es clave para la toma de decisiones dentro de un sector tan competitivo como lo es el retail, puesto que permite poder anticiparse a las fluctuaciones de la demanda y a marcar presencia en la góndola cada vez que los consumidores finales lo necesiten.
